Estamos invadidos por el estrés y las prisas en nuestro día a día, muchos de nosotros queremos desacelerar y aprender a disfrutar un poco más de cada momento y no sabemos cómo.

 

¿Por dónde empezar?

Por dedicarnos tiempo a nosotros mismos.

El tiempo va demasiado rápido, empezamos la semana y sin darnos cuenta nos encontramos de nuevo en viernes.

¿No os da la impresión de que nos estamos perdiendo la vida en un abrir y cerrar de ojos?

Los días pasan volando y no os habéis parado a pensar en algún momento:

¿QUÉ podemos hacer para frenar el frenético ritmo de vida que nos impera?

Os voy a hacer una serie de recomendaciones que pueden ayudaros.

Me gusta hacer una aclaración: antes de recomendaros algo, pongo en práctica dichas pautas y si son efectivas es cuando os las transmito; así que, funcionan, en algo notaréis mejoría y veréis que las tenéis muy a mano.

 

Organización

Seguro que las agendas están a tope, llenas de tareas que realizar cada día de la semana; incluso los fines de semana tenemos trabajo atrasado que debemos acabar.
Empezamos por PRIORIZAR las tareas que sean más urgentes.
No intentemos abarcar demasiado, ya que el estrés generado por tener tareas pendientes hace que empeore la productividad, junto con el humor y el estado de salud.

 

Dedicar tiempo a los amigos y familia

Recordar que al inicio del post os he dicho que empecemos por dedicarnos tiempo a nosotros mismos; también es importante dedicar tiempo a las personas que queremos y apreciamos.
De esta manera, conseguimos vivir más intensamente nuestro presente.
No hace falta que los veamos a diario ni semanalmente, simplemente una llamada de teléfono nos permite volver a poner los pies en el suelo y a calmar la tensión acumulada.

 

Desconexión

Necesitamos tener momentos de calma para que nuestra mente y cuerpo descansen.

¿Y si apagamos el móvil a partir de las 22h de la noche?

¿Y si no encendemos el ordenador cuando llegamos a casa?

¿Y si instauramos el hábito de disfrutar de la lectura con un libro que nos guste?

Escuchar música, hacer ejercicio… o sencillamente… NO HACER NADA.

Debemos hacer más a menudo aquellas cosas que nos hagan feliz.

 

Mindfulness

Ya sabéis que soy una auténtica seguidora de Mindfulness y como he dicho en más de una ocasión, es tan efectivo para aprender a relativizar los pensamientos que van y vienen… que una vez lo descubrimos parece que nos convertimos en otra persona.

El hecho de estar PRESENTE en el AHORA y ser CONSCIENTE de ello es brutal.

Sí es verdad que no es fácil al principio; pero con constancia, práctica diaria y paciencia llegan los resultados.

Pongo el ejemplo siempre de que vamos a entrenar el cuerpo en el gimnasio para sentirnos a gusto con nosotros mismos, más ligeros, más saludables… entonces ¿por qué no hacer lo mismo con nuestra mente?

Si no os acaba de llamar demasiado la atención esta técnica, no olvidéis que las técnicas de relajación podéis aplicarlas en cualquier momento del día y son muy efectivas.

 

Cambio de aires

De vez en cuando va bien cambiar de aires. Y para eso no hay nada mejor que viajar.
Si vivimos en una ciudad, podemos visitar un pueblo, ir a una casa rural en mitad del campo; o simplemente dar un paseíto por el bosque.

La naturaleza nos aporta una sensación de calma y bienestar que nos ayuda a olvidar los problemas.

Aunque obviamente no son una panacea, estos trucos podrán ayudaros en vuestro día a día.
Con ellos aprenderéis a tener los pies en el suelo y a dejar, de vez en cuando, los problemas a un lado.

Pin It on Pinterest