Es posible que te hayas preguntado alguna que otra vez:

¿Qué hace un psicólogo?
¿En qué consiste la terapia?
¿Cuándo es recomendable pedir ayuda profesional?

He escuchado y sigo escuchando cosas como que un psicólogo receta medicación, lee la mente, que sólo escucha, que da consejos (para esto están los amigos, la familia, los compañeros de trabajo…).

No tomamos decisiones por nuestros pacientes, ya que no es ético, cada persona es única y no somos nadie para decidir el futuro de nadie.
Ayudamos a las personas a tomar decisiones adecuadas, pero no las tomamos por ellos.

 

¿En qué consiste una terapia?

Se trata de una conversación entre dos personas en las que ambas participan en diferentes grados en función del momento terapéutico, entendiendo como proceso terapéutico el proceso activo en el cual el terapeuta es el encargado de guiar por el camino adecuado, pero quien recorre el camino es el paciente.

Análisis del problema. Analizamos las variables que han llevado a una situación en concreto y los factores que hace que la situación problemática se mantenga.
Entender cómo se llega a esta situación de la que no se saber seguir y de qué manera se mantiene es una parte muy importante del proceso terapéutico, ya que aporta claridad y tranquilidad al paciente y lo motiva para el cambio.

Ayuda a la resolución del problema. Podemos desaprender para volver a aprender, ya sea otras maneras de pensar, sentir, comportarnos… que nos hagan sentir mejor, ofreciendo estrategias y recursos.

Motivación para el cambio: una vez descubrimos los miedos que impiden seguir el camino, trabajamos la motivación para ir en la dirección adecuada para lograr los objetivos que nos vamos proponiendo.

En mi caso, yo amplío la terapia más allá de la sesión, proponiendo tareas para que se hagan fuera de la consulta.

 

Proceso de la terapia

Evaluación: Motivo de la consulta y situación vital de la persona que tenemos delante.
Análisis, objetivos y pasos para lograrlo.

Tratamiento: estratégias para ir trabajando según los objetivos propuestos. Algunos se aplican en la sesión y otras las tiene que expresar el paciente en su contexto natural (fase muy importante: la participación activa para que los avances sean rápidos y estables).

Prevención de recaídas: consciencia de cómo se ha gestado el problema, qué se ha hecho para salir de él y qué tiene que hacer si este recurre.

Seguimiento: para comprobar que los cambios se mantienen y que no han surgido otros problemas.

 

¿Cuánto dura un tratamiento?

Depende de varios factores como: la complejidad del problema, la implicación del paciente, las variables del entorno, la orientación del psicólogo… pero si en 6 meses no se obtienen resultados significativos es posible que las cosas no se están haciendo como deberían.

La media acostumbra a ser de 3 a 6 meses aproximadamente.

 

¿Cuando pedir ayuda?

Cuando te encuentres en una situación que te está generando un malestar con tu calidad de vida y que no eres capaz de resolver.
Es muy recomendable que acudas al inicio del problema ya que es más fácil de trabajar cuando ese malestar lleva poco tiempo presente.

Piensa que cualquier persona en un momento puede verse abrumada por situaciones desbordantes o con ciertos problemas que no sabe resolver, no hay nada malo en pedir ayuda profesional.

¿Quieres contarme tu experiencia?

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