Escribir sobre nuestros pensamientos y emociones es una buena herramienta terapéutica: nos hace sentir mejor con nosotros mismos, se trata de un recurso fácil y efectivo (con solo un papel y un bolígrafo es suficiente), y la escritura es parte de nuestra vida diaria.

Hemos escrito cartas por correo postal (ahora correo electrónico), hemos tomado apuntes en clase, seguimos tomando notas en las reuniones de trabajo, escribimos la lista con las cosas que necesitamos comprar y/o hacer…

La escritura nos parece algo tan natural y fácil que olvidamos el poder que tiene la palabra escrita.

Escribir nos aporta beneficios como los siguientes: aclara la mente, nos ayuda a retener información… incluso hay estudios científicos que demuestran que escribir sobre experiencias traumáticas ayuda a superarlas.

 

¿Tienes ganas de intentarlo?

Busca un lugar y momento tranquilo. Si te apetece escucha una música relajante de fondo.

Escribe sin parar (escritura automática) y no te preocupes por la ortografía o si es coherente o no lo que estás escribiendo…

Si no sabes qué escribir, te propongo que escribas sobre algo que te preocupa, algún sueño que tengas, algo que te esté afectando negativamente, algo que llevas evitando desde hace tiempo… déjate llevar y explora tus sentimientos y pensamientos.

Escribir no sólo ayuda a resolver dificultades, también nos ayuda a lograr nuestras metas y ser más felices.

Particularmente, de siempre me ha gustado mucho escribir.

A diario tomaba apuntes sin parar en clase cuando estudiaba, me escribía cartas con amigos, cuando he tenido y tengo que tomar una decisión importante me gusta elaborar mi lista con los pros y contras, y os aseguro que me he sentido bien, el plasmar lo que uno piensa y siente por escrito ayuda mucho a clarificar las ideas.

Espero que haya despertado en ti la curiosidad por explorar y utilizar este recurso fácil, barato y que tenemos en la punta de los dedos.

 

¿Te animas?

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