Posiblemente cuando leas este post estarás en la playa o en la montaña, disfrutando de unos días de descanso y alejado del ajetreado ritmo de vida que llevamos durante el año.

Así que te vendrá muy bien saber que el contacto con la naturaleza nos aporta muchos beneficios.

Caminar por un paisaje natural reduce el estrés, nos libera de preocupaciones; mejora el humor, la creatividad se dispara y ganamos en concentración. Mejora la salud física, emocional, mental y espiritual.

Por lo que te recomiendo que camines al aire libre, que hagas ejercicios de yoga y/o pilates, que nades en el mar, que pasees por la montaña …

Estas son algunas formas saludables de mantener el cuerpo en forma, pero también la mente.

 

A título personal, en momentos estresantes de mi vida o incluso en momentos en los que me he sentido bloqueada, he acudido a un rincón natural para sentir esa conexión con el mundo natural que tanto poder terapéutico nos aporta (hay evidencias científicas que lo avalan).

Se ha demostrado que las ondas cerebrales que generamos son diferentes cuando nos encontramos en un medio natural.

Lo recomiendo a menudo en terapia. Aunque no hace falta que para desconectar del trabajo, de ciertas personas y/o situaciones… tengas que ir a escalar una montaña; simplemente da un paseo por un parque, contempla a través de una ventana un paisaje natural.

Nuestra salud emocional se potencia en la naturaleza, al conectar y sentir nuestras emociones de una forma natural, serenamos nuestra mente, nos dejamos llevar por el entorno simplemente observando la simplicidad del mundo natural.

 

¿Has oído hablar de los beneficios terapéuticos que tiene abrazar un árbol?

Pruébalo: siente su energía y poder.

 

No te olvides de respirar conscientemente, sintiendo tus sensaciones, descansando la mente…
Simplemente dejándote llevar con la ayuda de unas cuantas inspiraciones y expiraciones, soltando el aire y llenando tu cuerpo de oxígeno fresco.

 

Al regresar de nuevo a la rutina diaria te sentirás una persona más fresca, llena de energía, con más vitalidad… para poder seguir enfrentándote a cualquier situación que se te haga cuesta arriba.

 

Aprovecho para recordarte la importancia del descanso.

 

No le damos a descansar la importancia que tiene.
Mientras dormimos nuestro organismo realiza una infinidad de procesos en un esfuerzo constante por mantener la salud y vitalidad.
Dormir las horas que nuestro cuerpo necesita es uno de los hábitos más necesarios que existen, no solo para mantener el sistema inmunológico en plena forma si no para la salud emocional y intelectual.

 

Si has llegado hasta aquí, sólo me queda desearte unas felices vacaciones y informarte que el próximo post lo tendrás disponible la primera semana del mes de septiembre.

 

Recuerda:

 

“Tomarse un tiempo cada día para relajarse y renovarse es esencial para vivir bien”

Judith Hanson Lasater

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