Hace unos días inauguramos el otoño.

Dijimos adiós al verano, al buen tiempo, a los días de playa, de nuevo ha empezado otro curso escolar, las rutinas, las preocupaciones se acentúan quizás … todo esto puede influir, pero el cambio de estación también nos afecta a nivel biológico sin apenas darnos cuenta, ¿sabes cómo?

A muchas personas les gusta esta estación y a otras les produce nostalgia, les hace sentirse tristes y desanimadas.

Realmente, no se sabe con exactitud por qué afecta más a unos que a otros, aunque hay diferentes factores genéticos y inmunitarios que pueden favorecerlos, pero la falta de exposición a la luz solar es uno de ellos.

En otoño con el cambio de hora, de temperatura, de colores, los días se hacen más cortos y más fríos…; nuestro organismo tiene que hacer un esfuerzo para adaptarse a la disminución de la luz solar.

Esta luz es necesaria para producir y regular hormonas que están implicadas en la actividad, como es la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad ya que promueve la sensación de bienestar y a la vez regula el apetito y interviene en el control del ciclo del sueño…) y la dopamina.

A veces, el organismo no consigue el equilibrio, baja el nivel de estas hormonas y se produce un estado de ánimo depresivo que se denomina: TAE (Trastorno Afectivo Estacional), que también se conoce como depresión otoñal o invernal.

 

¿Cómo saber si sufres TAE?

¿Sientes apatía, cansancio físico, desmotivación, sentimientos de tristeza, ansiedad?

A medida que el organismo se va adaptando a las condiciones ambientales, el malestar tiende a ir desapareciendo poco a poco, pero en ocasiones puede complicarse por causas psicológicas y/o sociales, pudiendo aparecer otros síntomas como:

 

  • Dolor de cabeza.
  • Irritabilidad
  • Problemas de concentración.
  • Cierto aislamiento social.
  • Alteraciones del sueño.

 

Las personas que deben estar más alerta con este trastorno, son aquellas que tengan un temperamento más depresivo y aquellas que atraviesen alguna etapa complicada en su vida, entre otras.

De todas maneras, a todos nos conviene prevenir para que no nos afecte, o lo haga lo menos posible.

 

¿Cómo conseguirlo?

A continuación te facilito unos consejos fáciles de seguir:

  •  Aumentar la exposición a la luz solar siempre que puedas: sal a pasear un rato si hace un buen día.
  • Mantenerse activo. Busca un momento al día para caminar, subir las escaleras a pie en lugar de utilizar el ascensor…
  • Descansar y hacer cosas que te gusten y aumenten tu bienestar; te recomiendo la práctica de Mindfulness, relajarte escuchando buena música…
  • Cuidar la alimentación. Algunos aliados para ésta época son: los plátanos, las nueces, el chocolate, el pescado azul, las espinacas, las naranjas… estos alimentos, entre otros, nos proporcionan triptófano que es un aminoácido esencial muy relacionado en la producción de la serotonina que he estado comentando antes.

Por último, comentarte que si crees que estás sufriendo el Trastorno Afectivo Estacional descrito y los síntomas son leves, espero haberte ayudado a entender un poco mejor lo que te pasa, y espero que mejores siguiendo alguno de los consejos que te he facilitado.

No olvides que tu organismo necesita adaptarse, y que puedes hacer que el proceso sea más fácil.

Ahora bien, si el problema se complica o si crees que los síntomas están interfiriendo demasiado en tu actividad diaria y en tu calidad de vida… entonces sí que deberías pensar en visitar a un psicólogo; yo puedo ayudarte a mejorar tu estado de ánimo, dándote una série de pautas y recursos para afrontar el problema en su contexto particular, teniendo en cuenta si hay otras cuestiones laborales, familiares o de cualquier otro tipo que estén complicando la situación.

 

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